Es probable que en alguna que otra ocasión te hayas hecho la siguiente pregunta: “¿qué tipo de cabello tengo?”. Así, al determinar cuál es la rutina de cuidado de cabello adecuada a nosotros, todo se reduce en definitiva al tipo de cabello que tenemos. Y es que independientemente de los distintos tipos de cabello que tengamos, hay productos que pueden ayudar positivamente a la hora de mantenerlos hidratados y cuidados. Pero, ¿de qué manera podemos estar seguros de qué tipo de cabello tenemos realmente?.
Las glándulas sebáceas cuentan con un papel importantísimo en la determinación del tipo de cabello que tenemos. Y no solo en el tipo de cabello en sí mismo, sino también en el cuero cabelludo.
La producción de sebo, a diferencia de lo que probablemente pienses, es un proceso completamente natural, que brinda cualidades interesantes al pelo. Concretamente, aporta brillo y agrega fortaleza al cabello.
Pero diferentes factores pueden afectar a su producción, haciendo que -por ejemplo- la producción de cebo sea mucho mayor produciendo así los evidentes problemas que ocasiona habitualmente una excesiva producción de grasa.
¿Y cuáles son esos factores? Desde la dieta que sigamos cada día (será muy negativo si la dieta es desequilibrada y basada en alimentos ricos en grasas, y por tanto, poco o nada saludables), la circulación sanguínea, el estrés y la ansiedad e incluso las medicinas que podamos tomar en un determinado momento. Incluso el proceso de envejecimiento natural influye directamente.
En este sentido, el cabello puede clasificarse en función de una serie de parámetros básicos, desde la cantidad de grasa que se genera en el cuero cabelludo hasta la cantidad de agua que contiene el cabello, pasando por su grosor, el color e incluso la forma del mismo.
El cabello graso, ¿cómo es y cuáles son sus síntomas?
El cabello graso es aquel en cuya cubierta contiene una mayor cantidad de grasa. Así, las glándulas sebáceas son las principales responsables de producir esta mayor cantidad de grasa. De esta forma, una de las características o señales principales de este tipo de cabello es que, al final del día, suelen estar apelmazados (precisamente, como consecuencia de la presencia de ese exceso graso).
El pelo brilla por la presencia excesiva de grasa, lo que puede dar la impresión de que la persona no va bien aseada (cuando en realidad nada tiene que ver con la limpieza ni con la higiene capilar).
Es mucho más común que este tipo de pelo lo encontremos en personas más jóvenes, dado que a medida que pasa el tiempo y vamos envejeciendo, lo habitual es que las glándulas sebáceas produzcan menos cantidad de grasa con la edad.
Eso sí, el sexo también influye en la producción de grasa por parte de las glándulas sebáceas. Por este motivo, el cabello graso se da con mayor frecuencia en los hombres.
El cabello seco, ¿cómo es y cuáles son sus síntomas?
Podríamos decir que el cabello seco es todo lo contrario al cabello graso: es un tipo de cabello que no contiene mucha grasa. En estos casos, la producción de cebo por parte de las glándulas sebáceas tiende a estar originalmente disminuida.
En estos casos, es común que una persona que tenga el cabello seco también suele tener el cuero cabelludo seco, lo que puede dar lugar a la aparición de síntomas algo molestos, como picor, irritación y descamación.
El cabello normal, ¿cómo es y cuáles son sus síntomas?
Efectivamente, el considerado como cabello normal es el tipo de cabello ideal. Es un tipo de cabello equilibrado, en el que la cantidad de grasa, por tanto, es simplemente equilibrada, lo que significa que no presenta ni un déficit ni un exceso de grasa.
Es un tipo de cabello que se muestra con una apariencia envidiable, saludable y, además, brillante. No obstante, no es el tipo de brillo que ocasiona tener un cabello graso, ya que el pelo se muestra limpio.
Si tienes la suerte de tener el cabello normal, lo que significa que no es ni graso ni seco, entonces no tendrás que hacer nada más ni preocuparte en exceso, salvo mantenerlo bien cuidado y utilizar para ello algunos productos capilares adecuados. También es conveniente mantener una rutina adecuada.